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El Bosque de Brocéliande en Bretaña. Diario de un viaje. Primera parte

Actualizado: 28 ago


Al finalizar el último libro de la trilogía “Vientos del Pasado, Vientos Futuro” Volumen 3, titulado “La búsqueda” decidí que necesitaba ir a la Bretaña francesa para visitar con calma y detenimiento la zona de Brocéliande, dónde las leyendas del Mago Merlín, siguen vivas entre sus habitantes y se señalan los lugares mágicos por los que vivió antes de quedar por amor, atrapado para siempre, en el Bosque de la zona.

Primero debo aclarar por qué el final de la trilogía me llevó a realizar este viaje, evidentemente los que os habéis leído los volúmenes anteriores sabéis que Merlín es uno de los protagonistas y responsable de la trama del universo “Vientos del pasado, vientos del futuro”. Así como Nimué, en los libros esposa de este y madre de sus dos hijas.

Primero debo aclarar por qué el final de la trilogía me llevó a realizar este viaje, evidentemente los que os habéis leído los volúmenes anteriores sabéis que Merlín es uno de los protagonistas y responsable de la trama del universo “Vientos del pasado, vientos del futuro”. Así como Nimué, en los libros esposa de este y madre de sus dos hijas.

Desde pequeña me obsesionaba la imagen de un mago que dominaba todas las magias, conocía todas las clases de árboles, plantas y animales que existían en el mundo, hablaba todas las lenguas que existían además de la más antigua, la de la magia, que podía transformarse en cualquier cosa o persona, parar el tiempo y conocía el porvenir.



La Dama del Lago

Pero lo más importante era que creía en un gobernante justo, igualitario, respetuoso, considerado y que sería capaz de cambiar el mundo para convertirlo en un mundo de paz.

Su talón de Aquiles fue el amor, y como pequeña romántica, eso aun me cautivó más, sabía que Merlín podía parecer injusto, cruel, gruñón y manipulador, pero todo era siempre en nombre de un bien mayor. El hecho de anticipar (a través de su videncia) lo que le ocurriría al enamorarse de Nimué, pero a atreverse a vivirlo, y solo jugar a demorarlo en el tiempo para poder disfrutar de su amada, me pareció tierno y entrañable, y muy pero que muy humano.

Evidentemente no soy la niña de 9 años que soñaba con ser mágica y que deseaba ver hadas, duendes y seres feéricos, pero en la basa de la historia del Mago Merlín hay un deseo que ha latido y late desde siempre en mí, la paz en el mundo. Y estoy convencida que, observando la evolución del mundo, (a pesar de los acontecimientos actuales), estamos más cerca de esa posibilidad que en el siglo XII, y si no leed el libro: «Factfulness: Diez razones por las que estamos equivocados sobre el mundo. Y por qué las cosas están mejor de lo que piensas». (Deusto) de Hans RoslingOla RoslingAnna Rosling Rönnlund

O simplemente escuchando un guía en castellano que explica lo que sucedía en el castillo de los Condes en Gantes, y descubriréis las salvajadas que hacían a los juzgados en aquellos siglos o paseando por el «Old masters museum» de Bruselas, contemplando los cuadros del siglo XVI sobre los martirios a los que sometían a la gente los jueces, los reyes o los ladrones, es espeluznante no solo por lo que hacían si no por el grado de detalle y realismo que vemos en los cuadros, parecen las series actuales que todo es sangre y violencia.

Educar a las nuevas generaciones (Vientos del Futuro) para que se conviertan en ese líder honesto, honorable, justo, de servicio a la comunidad, ecuánime y negociador que él quería encontrar para entregárselo al mundo. Creo que ello es posible y que además la vida nos esta empujando desde los extremos para que esas personas aparezcan respondiendo al anhelo colectivo de mejora.

Y el Amor, en mayúsculas, es esencial en este proceso de mejora, de reencuentro con nosotros mismos y con la sociedad, mirar a los ojos de un niño y ver en ellos el amor, mirar el rostro de nuestro amado o amada y ver el universo entero, sentir el abrazo dado desde el corazón. Cuando vivimos con amor muchas veces las palabras sobran. Creo en el amor de amigo, en el de familia, pero sana, en el de pareja y en el más importante el amor por uno mismo, que implica autocuidado y autorrespeto.

Bueno ahora ya sabéis porque necesitaba ir a Brocéliande, necesitaba poder pasear por los lugares donde la leyenda se mantiene viva, porque forma parte de sus historias y leyendas, y se han mantenido de padres a hijos a lo largo de los siglos.

Evidentemente algunos de los lugares podían recordar a Fantasyland, pero otros te permitían el recogimiento, la introspección y el sentir la vida de verdad, la vida del bosque. Y por encima de todo quería compartirlo con mi amor de treinta años de duración, el que siempre me anima a escribir, escucha los borradores, me da ideas y no le importa si no le cojo ni una, pues a veces de sus ideas surge la que me inspira. El que cocina, compra o me acompaña a las ferias de libros, organiza las presentaciones para que todo este perfecto, mi Merlín que entrega su vida y su conocimiento a su Dama del Lago.

Una pequeña aclaración el nombre de la Dama del Lago aparece a través de los libros de Chrétien de Troyes en el Siglo XII,  en concreto en el llamado: “Lancelot, el caballero de la carreta”, y es definida como su madrina o madre adoptiva, que con sus artes mágicas le ayudara a encontrar el Santo Grial. La historia nace en la Bretaña francesa, y por ello su nombre a veces cambia, puede ser Niniana, Viviana, Nimue, Ninie o Viviane.

En la zona que nos vamos a mover se la conoce como Viviane, La Dama del Lago. Y tanto ella como Morgana y Merlín están atrapados en el Bosque de Brocéliande.

Pues con esta introducción la primera parada que hicimos fue entrar en el Bosque por la carretera que nos llevaría de un área a otra de los lugares mitológicos, para detenernos en la Puerta de los Secretos, donde el guardabosques, nos introducirá en la leyenda, porque el bosque de Paimpont, antiguamente conocido como Brocéilande,” (…) no es un bosque cualquiera, hay que saber escuchar, ver y adivinar las señales. Y como nos dijo nuestro guardabosques que nos hizo encontrar nuestro árbol del alma, tal vez atravesaremos al mundo de lo invisible, lo que cobra vida al otro lado de las sombras, pero solo para aquellas personas que están destinadas a encontrar la magia”.

Así que si queréis acompañarme salimos de la Abadía de Paimpont donde estábamos y nos encontramos en el siguiente relato del viaje en la Capilla del Santo Grial.



Helen Flix

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